La Guardia Civil ha detenido a un empleado de Ibercaja e imputado a otro por su presunta implicación en un fraude con el que consiguieron alrededor de 600 entradas, parte de las cuales lograron vender, para el segundo concierto de Héroes del Silencio en La Romareda.
Según las investigaciones, M. R. P. comenzó por sacar de forma legal uno de los tiquets de cajero automático de la entidad bancaria para la que trabaja y por hacerse con uno de los rollos de papel con los que esos aparatos imprimen los recibos. A continuación, escaneó el bono y, con un ordenador y una impresora, se dedicó a reproducir copias. El siguiente paso era conseguir las entradas oficiales, para lo que únicamente hacía falta canjear los resguardos falsificados en determinados establecimientos, y ponerlas a la venta en internet. También colocaba los bonos directamente.
Los agentes de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil detectaron que en un local de Madrid se habían producido varios intentos de canje de tiquets fraudulentos que, aparentemente, habían sido expedidos por el mismo cajero automático. Los distribuidores rechazaron un centenar de bonos falsos. Tras centrar sus sospechas en un empleado, establecieron un dispositivo de vigilancia que concluyó con la detención de M. R. P. cuando se disponía a canjear 23 bonos por entradas.
Tras el arresto, y con una orden judicial, los agentes de la UCO registraron el domicilio del empleado de la caja de ahorros. Allí encontraron la parte del rollo de papel de cajero que no había llegado a ser utilizada, junto con varias notas en las que había apuntado pedidos, entradas listas para ser escaneadas e impresas y documentación de Correos relativa a varias operaciones de venta contra reembolso.
Los guardias civiles también hallaron una anotación con el número de teléfono de otro empleado de Ibercaja que actuaría como contacto para las ventas. Este no llegó a ser detenido, aunque sí ha sido imputado en las diligencias sobre el presunto fraude. Ambos fueron cesados en sus funciones y expedientados al día siguiente de la operación policial.
Según las investigaciones, M. R. P. comenzó por sacar de forma legal uno de los tiquets de cajero automático de la entidad bancaria para la que trabaja y por hacerse con uno de los rollos de papel con los que esos aparatos imprimen los recibos. A continuación, escaneó el bono y, con un ordenador y una impresora, se dedicó a reproducir copias. El siguiente paso era conseguir las entradas oficiales, para lo que únicamente hacía falta canjear los resguardos falsificados en determinados establecimientos, y ponerlas a la venta en internet. También colocaba los bonos directamente.
Los agentes de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil detectaron que en un local de Madrid se habían producido varios intentos de canje de tiquets fraudulentos que, aparentemente, habían sido expedidos por el mismo cajero automático. Los distribuidores rechazaron un centenar de bonos falsos. Tras centrar sus sospechas en un empleado, establecieron un dispositivo de vigilancia que concluyó con la detención de M. R. P. cuando se disponía a canjear 23 bonos por entradas.
Tras el arresto, y con una orden judicial, los agentes de la UCO registraron el domicilio del empleado de la caja de ahorros. Allí encontraron la parte del rollo de papel de cajero que no había llegado a ser utilizada, junto con varias notas en las que había apuntado pedidos, entradas listas para ser escaneadas e impresas y documentación de Correos relativa a varias operaciones de venta contra reembolso.
Los guardias civiles también hallaron una anotación con el número de teléfono de otro empleado de Ibercaja que actuaría como contacto para las ventas. Este no llegó a ser detenido, aunque sí ha sido imputado en las diligencias sobre el presunto fraude. Ambos fueron cesados en sus funciones y expedientados al día siguiente de la operación policial.
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