
Como todos los años comienzan las Fiestas del Pilar en Zaragoza. Son días de diversión, entretenimiento, de fantasía para niños, conciertos...
Pero también son días de excesos, comas etílicos, suciedad, conflictos y un amplio abanico de calamidades.
También podemos disfrutar de las calles manchadas de "meados", vómitos, cerveza, jóvenes tumbados por las esquinas.
Ahora bien, año tras año la ciudad de Zaragoza sale a la calle a disfrutar de las fiestas en honor a la Vírgen del Pilar luchando contra las marabuntas de gente haga calor, frío, llueva o nieve.
De esta forma encontramos un visible contraste entre los simpáticos mimos de la calle Alfonso y los borrachos bomitando por las esquinas de las zonas de bares.
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